Emoción, apoyo colectivo y gratitud en el Día Mundial de los Cuidados Paliativos


17/10/2011

Nuestra conmemoración del 8 de octubre, día de encuentro y también de apertura a la ciudadanía, transcurrió en un ambiente de sosegada vivacidad. 


Durante las horas previas al estreno del audiovisual ‘En fin…’, el vestíbulo que da entrada al salón de actos del hospital Reina Sofía, de Murcia, fue tomando vida de forma gradual, llenándose de conversación, de experiencias y, sobre todo, de muchas emociones.
El hospital general universitario Reina Sofía, de Murcia, anfitrión del estreno audiovisual
Juan Francisco Martínez, subdirector general de asistencia primaria y urgencias y emergencias sanitarias; José Carlos Vicente en nombre del hospital Reina Sofía, y Teresa Jular, de la productora XL Internet, tomaron la palabra para presentar el Día Mundial ante un centenar de personas y dar paso al trabajo dirigido por Javier Codesal y Julia Sieiro. Como ya hemos contado anteriormente, el trabajo recoge seis testimonios a cámara de dos ‘paliativistas’ (una médico y un enfermero), dos familiares en duelo y dos enfermos terminales. Trenzados en un montaje sin ningún artificio, el conjunto aporta fuertes dosis de emoción e información relevante sobre los cuidados paliativos en La Región.

Tras la proyección, se abrió paso a un coloquio con Fuensanta Sánchez, coordinadora regional de cuidados paliativos; Ana Navarro, médica de cuidados paliativos domiciliarios de Murcia; Teresa Tesón, enfermera de cuidados paliativos domiciliarios de Lorca y el reconocido videocreador Javier Codesal, que tomó la palabra para explicar cómo había sido el encargo y, sobre todo, la experiencia de rodaje.

Codesal destacó la sensibilidad que percibió entre los implicados y la importancia de cuidar este servicio público que hasta entonces él desconocía. Descubrimiento fue una palabra que volvió a repetirse entre quienes se animaron a hablar, así como la calidad y la importancia del audiovisual.

La cercanía con la que transcurrió toda la actividad del Día Mundial de los Cuidados Paliativos no era inesperada. Pero no deja de sorprender cómo, ante temas tan delicados y rodeados de tantos tabús sociales como la muerte o el sufrimiento, lo que se impuso fue un sano afán por compartir y comprender lo que pueden aportar los cuidados paliativos al final de la vida y ante la pérdida de un ser querido, creándose sin forzarlo, de forma casi instintiva, un agradable clima de apoyo y acompañamiento colectivo, caracterizado por la reciprocidad y por el agradecimiento.

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